Apenas pasaba de mediodía cuando unos hombres se acercaron a
nosotros, Gil y Gael cuidaban de la pequeña Tere, ahí los deje mirando
estupefactos como los visitantes y yo avanzamos hacia el frente hasta quedar a
un metro de distancia.
—Señora,
hemos encontrado una carnicería humana en el bosque circundante, debe tener
mucho cuidado, creemos que los responsables son algún grupo de psicópatas y nos
dirigimos a la ciudad para dar aviso a la policía.
—¡Dios
santo! —Gian y Gino estaban ahí afuera, desesperada mire en todas direcciones
buscándolos, los hombres se fueron y me dirigí inmediatamente a mis hijos —Gil,
Gael, tomen a la niña y vamos a casa, espero que sus hermanos ya estén de
vuelta.
—Mamá,
lo que dijeron esos hombres es muy grave, tenemos que irnos, no podemos
quedarnos aquí esperando a que esos asesinos nos encuentren —La voz de mi hijo
temblaba por el miedo.
—Pero
primero tenemos que reunirnos con tus hermanos —Corrimos a la casa pero la
encontramos vacía, seguro que Gian y Gino regresarían hasta el atardecer como
era su costumbre.
No
tuvimos tiempo de pensar qué hacer porque escuchamos un fuerte estruendo afuera
de la casa, era una bola metálica que se extendía cubriendo por completo la
casa con su sombra, de su interior salían unas barras que parecían sostenerla,
justo abajo tenía una puertecilla que se abrió lentamente, aparecieron unos
hombrecillos asquerosos, sus cuerpos eran de un color entre morado y negro como
si estuvieran en estado de descomposición, el olor pestilente a carroña nos hizo
dar arcadas.
Uno
de los hombrecillos emitió unos sonidos incomprensibles y los otros se
acercaron a nosotros, abrace a mi pequeña niña mientras Gil y Gael corrían
despavoridos, no tardaron en alcanzarlos y nos subieron a todos a la enorme
esfera metálica, adentro había muchos controles y otros cientos de hombrecillos
putrefactos, nos confinaron a una jaula. Estaba intentando calmar a mis hijos
cuando dos de ellos me sacaron de la jaula jalándome del cabello, me arrojaron
a una mesa y otro de los alienígenas inyectó algo en mi estómago.
No
sé cuánto tiempo estuvimos ahí porque cuando el líquido que me inyectaron
comenzó a hacer efecto, perdí la conciencia de mí misma, mi piel cambió, de mis ojos brotaba sangre a borbotones, mis
uñas fueron sustituidas por garras afiladas, mi boca se pobló de colmillos
filosos, no podía moverme, había una voz en mi cabeza que hablaba y movía mi
cuerpo como si fuera suyo. Me acercó a mis hijos que estaban llorando
horrorizados al ver en lo que me había convertido.
Entonces
lo pude sentir, el hambre se extendía por todo mi ser, me sentía más fuerte,
avance y rompí la jaula en la que estaban mis hijos, tome el bracito de mi
pequeña bebé y estuve a punto de arrancárselo de una mordida pero reaccione y
corrí hacia lo que parecía una salida, me tiré de la nave y caí en un paraje
cerca del bosque, me eche a correr sin rumbo, era lo único que podía controlar,
la voz en mi cabeza quería volver a terminar lo que había empezado: merendar a
mis hijos.
Corrí
tanto que no me di cuenta de cuándo anocheció,
a lo lejos distinguí una figura igual de amorfa que mi nuevo aspecto, tal
parecía que los genes nuevos que me habían inyectado hacían que mis ojos vieran
claramente entre la oscuridad, corrió
veloz hacia mí y llevaba un bulto ensangrentado en los brazos.
Seguí
corriendo hasta casi chocar de frente con ese ser horripilante, su cabeza de
caballo emitió un gruñido, grité asustada al ver que el bulto era mi hijo Gian,
corrí para quitárselo pero la criatura volvió a gruñirme y me miró directo a
los ojos, no podía creerlo, esa mirada yo la conocía, era la misma mirada a la
que yo le había llorado tantas noches desde el día en que lo perdimos.
La
monstruosa criatura que tenía la mirada de mi esposo, se acercó a mí y me permitió cargar a mi hijo,
también me había reconocido. Iba a preguntarle qué había pasado, en qué nos
habíamos convertido pero unas lucecitas intermitentes nos alumbraron bajo la
noche oscura, la nave volvió a estacionarse frente a mí, pero esta vez mi
esposo se interpuso y no sé de qué manera logré decirle lo peor de todo, ellos
tenían a nuestros otros hijos, le dije que los salvara, él me miró asintiendo y
yo eche a correr con Gian en mis brazos.
Seguí
corriendo sin detenerme hacia el rumbo que él me había indicado, llegue a un
sitio que tenía un olor aún más pestilente y sangriento, había una manada de
perros devorando carroña, seguí avanzando y me detuve en un claro que me
pareció algo más seguro, acomode todo para cuidar de mi pequeño Gian y lo acune
en mis brazos, tenía hambre pero estaba destinando todas mis fuerzas a
controlarme, comencé a cantarle a Gian y pensé en Gino, ¿En dónde podría estar
mi pequeño, le habría pasado algo?
Escuché
un ruido a mi espalda y me giré inmediatamente, gruñí movida por el instinto
asesino que intentaba controlarme de nuevo y entonces lo vi, era Gino,
-¿Madre,
eres tú? – Él dejó caer el lanzón que traía para protegerse, pero yo no podía
hablarle, lo único que salía de mi garganta eran guturales sonidos, extendí una
de mis garras hacia el frente esperando que tomara mi mano. Para mi sorpresa,
lo hizo, se acercó más a mí y a Gian -¿Mamá qué te paso?
Mientras
golpeaba sin pausa al horrible ser que tenía frente a mí, sus compañeros me
rodearon, eran débiles pero también eran
muchos para uno solo, adentro de la nave todo era como un laboratorio. Uno de
ellos me miraba luchar desde una
esquina, notaba sus ojos llenos de admiración y casi pude estar seguro de lo
que pasaba, necesitaban nuestros cuerpos, necesitaban precisamente lo que su
sangre maldita nos hacía, necesitaban la fuerza de tal mutación…
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Hola, querid@s lectores, en esta ocasión traigo para ustedes la novena parte de La Historia Compartida, propuesta en el Forum de Literautas.
Al principio están los enlaces que llevan a las respectivas partes anteriores, solo me queda decir que es una historia muy adictiva, yo empece a leerla y no pude parar, me ha costado un poco llevar el hilo porque es una historia más que digna de un final estupendo, ya sigue la décima y última parte.
Quien esté interesad@ en participar, debe dejar un comentario anunciándolo para seguir con el final de ésta grandiosa historia.