domingo, diciembre 15, 2013

Septiembre que sabe mucho


                                               Un evangelio que tenemos que leer y releer...

Los "malos" hijos

Los que nos hemos alejado de la casa del Padre.
Los que hemos malgastado nuestra fortuna (salud, dinero, tiempo) en una vida más o menos disoluta.
Los que quizá pensamos que ya no tenemos perdón de Dios.
... para que nos convenzamos de que Dios siempre nos está esperando, como el padre de la parábola, con los brazos abiertos y con un plan mejor que el que le hayamos echado a perder.

Los "buenos" padres

Los que nos negamos tajantemente a recibir en casa a los hijos que se han dado a la mala vida (libertinaje, vicios, negocios sucios).
Los que cerramos las puertas del hogar a las hijas que han dado "un mal paso".
Los que pensamos que hay cosas que no se le pueden perdonar a los hijos.
... para que aprendamos de nuestro Padre Dios a ser verdaderos padres.

Los hijos "buenos"

Los que decimos que hemos servido y obedecido a Dios y , en el fondo, vivimos resentidos con él porque no nos ha dado ni siquiera un cabrito (un premiecito de la lotería, un "colchoncito" en el banco... o, de perdida, menos penas).
Los que decimos que amamos al Padre, pero no nos preocupamos en lo absoluto por esos hijos suyos que pasan hambre y no tienen trabajo.
...para que comprendamos que no se puede de veras servir y amar a Dios, sin amar a nuestros hermanos.

                                                                                                   
Del folleto dominical  de la Buena Prensa