Escúchame bien, tormento mío
tú puedes pensar lo que quieras
puedes hacerme las muecas que quieras
las veces que quieras,
puedes burlarte de mí a mis espaldas y en mi cara
y no es masoquismo, que te quede bien claro...
es que... para mi desgracia, te quiero de verdad.
Puedes hacer lo que quieras
pero no te dañes tú mismo
no te lastimes con tonterías
y no te mientas...
y si tú no me quieres
yo te quiero feliz y solo feliz, lo demás, la tristeza déjamela a mí
que yo estaré triste por ti.