jueves, diciembre 27, 2012

Adictos a la escritura, Diciembre: Título clave


Dolor

Nicolás no podía dejar de temblar, y casi aullaba de dolor con las dos piernas rotas; pero no, sus ojos desorbitados miraban sin parpadear al monstruo horripilante que tenia frente a él.
Cuando me miro al espejo siento un odio terrible por la imagen que veo, es cierto que el maquillaje resalta mis pómulos, pero ¿Qué importa?, sigo pareciéndome a ella, ¿Por qué no habría de ser así, es mi madre? Comenzó meneando nerviosamente la cabeza, ahora yacía junto a Nicolás Hoy voy a ver a Braulio , él se parece  a mí, se parece a la misma mujer, a mi madre, pero no es mi hermano; solo es uno de los mismos, de los que nacieron hace mucho, cuando empezó todo.
¡Auxilio! Gritó el hombre herido
Somos todos una broma del destino continuó ella en  una media sonrisa que dejaba ver un brillante y filoso canino
¡Por favor! ¡Auxilio! Gimió Nicolás
Jamás permitimos que los humanos nos vean, ni siquiera bebemos la misma agua, somos otro mundo…dijo ignorando con placer los gritos y gemidos supe que Braulio es uno de los míos, porque me lo tope accidentalmente en un callejón oscuro una noche de navidad, ; yo era muy ingenua antes , soñaba con que las cosas cambiarían para nosotros,  que las personas no se asuntarían al vernos, no huirían, en el mejor de los casos; no nos dispararían, lo que casi siempre sucede; y Braulio me miro , estaba dispuesto a matarme , me lo dijo después, pero yo lo mire con la misma intención cuando note el rifle que llevaba bajo el abrigo; estaba harta y era adolescente, no me importaba morir si podía hacerle pagar. Soltó el rifle y se aproximó hacia  mí, él odia las armas tanto como yo,  ya cerca vi sus escamas y descubrí mi rostro para que viera las mías. Después estuvimos juntos por varios años, hasta que nos fastidiamos de vernos todos los días y todas las noches de vigilia, de hambre; sin embargo nunca nos perdemos el rastro , cuando eres un ser como yo, no puedes darte el lujo de despreciar un amor como lo hacen ustedes los humanos.
¡auxilio!el grito resonó en toda la alcantarilla.
¡Cuánto los odio! musitó mientras presionaba con una de sus largas uñas la oreja izquierda de Nicolás lo único que amo de ustedes es su piel, tan suave… sobre todo la de sus pequeños, yo no puedo tener hijos porque soy una especie hibrida y no pura como mi madre, mi padre era humano y jamás lo conocí. Aunque Braulio me lo prohibió, estoy resuelta a encontrarlo, si está vivo para devorarlo,  y si está muerto voy a hacerme una alfombra con sus huesos podridos.

Soltó una carcajada tenebrosa que heló más la piel de Nicolás, quien ya empezaba a perder el conocimiento de la debilidad y el dolor.
 Esto me recuerda que también envidio tus huesos, yo solo poseo un par de nervios trenzados debajo de las escamas que me permiten moverme pesadamente pero no puedo correr, ni sostener nada, no puedo abrazarte y no puedo atraparte más que con mis colmillos, cuatro largos y filosos colmillos…

La monstruo se acercó amenazante al cuello de Nicolás, no lo mordió pero dejo que su cabello, consistente en unos escasos hilos dorados, cayera sobre el rostro del humano.
Soy fea, huelo mal, y ¡para colmo tengo cerebro! Resopló y sacó de su abrigo un bisturí – mi raza solo posee poros que estimulan la vista, el olfato, el oído; no tienen cerebro, ni cerebelo, ni cualquier otra cosa que los humanos tengan en la cabeza. No sé como es, pero puedo hablar…

Nicolás notó por un momento que esa voz tan suave, distaba mucho de los labios medios hundidos en aquel rostro áspero. No era la voz de un monstruo 
Puedo comprender tu idioma, se leer gracias a los libros que me encontré en tu basurero… puedo…fue interrumpida por una arcada del moribundo, y la sangre que él escupió alcanzó a ensuciar sus escamas Por supuesto que he tenido que defenderme, ¿y qué?, ¿hay algo más humano que eso?, Tampoco soy humana… ¿Por qué matarte si me alimento de tu vida? , muerto no me sirves, me alimento de  tu olor y el de tus vecinos, ¿te da asco?, para mi es delicioso.

Nicolás se retorcía con dificultad mientras trataba de arrastrarse hacia la corriente de la alcantarilla, había muy poca luz y ya no sentía las piernas; tomo aire y se impulso varias pulgadas, pero solo logro chocar  contra las escamas de la monstruo.
Hoy voy a matarte, no creas que acostumbro jugar con la comida, para nada volvió a menear la cabeza ahora en un gesto de jovialidad Apresuremos las cosas que hoy voy a ver a Braulio, empiezo yo… ” Ruego a tu Dios que te perdone”, no sé si eres cristiano, aunque sino, arrepentirte en el último momento te servirá, ese Dios dice que hay un mundo mejor para los humanos, un mundo en donde yo no existo, ¿qué si es mejor, qué opinas? Hoy se me antoja aprender anatomía humana. Quiero ver…

Su expresión cambio de pronto y Nicolás se hubiera reído, si hubiera alcanzado a ver aquella desencajada mandíbula.
Quiero ver un corazón.

La palabra se quedó en el aire, por un breve segundo de silencio, y al fin, la voz suave clamó, con un gemido que pareció aún más doloroso que el del desahuciado.
¡Puedo sentir!¡Puedo llorar! Dijo atrapando en el aire una lagrima roja ¡pero me falta!, ¡es que no lo escucho latir! Suspiró manoteando un poco, era un capricho de vida o muerte Me falta un corazón…

Y fue lo último que escuchó Nicolás, con los ojos cerrados sintió un piquete en el pecho y un par de  manos frías robaron la víscera cuando aún seguía latiendo.


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¡Hola! Este relato es parte del proyecto de Diciembre en Adictos a la escritura, el reto de este mes consistía en hacer un relato basado en el Título clave que otro compañero propuso.

Más relatos titulados, aquí:








martes, diciembre 25, 2012

¡Hola! ¿Como están? Espero que muy bien :)
Esta entrada es solamente para decirles...



¡¡¡¡FeLiZ nAvIdAd!!!!

domingo, diciembre 02, 2012

Nada se parece a ti ... II


Nada te suple,

nada ahoga el vació que dejó tu adiós,
todo se tambalea en mi corazón,
los días pasan y carecen de razón

Nada te suple,
No hay otros ojos como los tuyos
no hay aroma que asemeje tu amor,
nada me sabe igual si no compartes mi mesa
la puerta no se abre porque tú no llegas

No puedo ver tu rostro en las estrellas,
el sol no calienta nuestra casa,
el hielo se apodera del otro lado de mi cama,
y me abrazo a una flácida almohada,
y tú no estas, y no volverás;
y se siente horrible respirar el aire que tú ya no respiras,
y me mata vivir en un mundo del  ya te fuiste para siempre.


El beso


Aquel beso... fue El Beso.

Sólo me besó una vez,

sus piernas temblaban,

mis pies flotaban,

sus labios en los míos 

dibujaban un torbellino.

Destino: poesía # 12


Dolor sin nombre

Dolor sin nombre...
la muerte de un hombre,
el silencio luctuoso
en la lluvia de otoño,
días interminables con ríos 
brotando de mis ojos, 
las sonrisas extintas,
su mirada marchita.

Yo cerré sus pupilas,
yo bese su ataúd,
yo mire el horizonte
y le reproche: ¿A donde vas tú?

Destino: poesía # 11


Es mi amor prohibido...

Es mi amor prohibido, es aquel...
es aquel que finge ceguera cuando paso junto a él,
es aquel que piensa que me voy a rendir,
es él, que me susurra: "No podrás vivir sin mí"

Es en quién yo pienso cuando estoy feliz, 
es el mismo, aquel, que me hace sufrir.

sábado, diciembre 01, 2012

Destino: poesía # 10


Resignación

Que en el cielo estrellado encuentres tu consuelo...

y que estas palabras alcancen tus oídos,

ya no clames y ya no llores tanto,

deja que te diga, escucha mi silencio,

deja que te diga que lejos sin ti,

ya no soy yo.

Aquí contigo...



Estar juntos, mirando el horizonte desde el patio trasero de mi casa,
callar juntos, recordando cuando fue la última vez que nos reímos el uno del otro,
y la última vez que pronuncie tu nombre, y lo que tú dijiste para calmar mi amor.

Estar juntos, sorprendidos por la vida que nos hace coincidir,
brindando por las flores que alguna vez me regalaste y que aún no se marchitan en mi corazón.

Estar juntos, sin ganas de hacer nada más, 
con la piel temblando bajo el cielo azul,
con tu mirada que se encuentra fugazmente con mis pupilas,
y yo huyo, y te dejo observando mi perfil, y de pronto me tomas de la barbilla,
y ya no puedo escapar, y ya no quiero escapar de tus besos.

Destino: poesía # 8


Verso I

"Amor... amor, que te pintas de cualquier color"...


Vuelve, y trae contigo su corazón.

De besos y otros milagros...



¿Como saber qué es lo que siento?
¿Como besar tus labios tersos?
¿Como imaginar que eres lo que soñé?
¿Como saber si puedo morir besándote?

Y mañana, imaginar que vuelves y te plantas frente a mí,
y me pides una explicación,
y te doy otra excusa y otra y otra,
y sin ti no podría existir,
porque eres mi razón,
porque soy adicta a los besos de tu boca, boca.

jueves, noviembre 29, 2012

Adictos a la escritura. Las palabras prohibidas.


Premonición

Camine despacio hasta alcanzar mi propia sombra, cuando me detuve estaba frente a su casa, con las manos en los bolsillos me  senté observando la ventana de su alcoba, la odiaba por estar tan cerca de mí. Por vivir a una cuadra de mi casa, por asistir al mismo colegio que yo, por conocer a mis amigos, y por saber mí nombre. Odiaba estar ahí frente a su casa, esperando por ella.
De pronto, una voz a mi espalda me sobresaltó.  Era ella, me llamó por mi nombre, estaba tan horrible como siempre, con esos jeans ajustados y el suéter rosa que tanto me ofuscaba, supe que estaba perdido, que jamás podría librarme de ella, de esa caprichosa chica que por alguna maldita razón siempre estaba en mis pensamientos, porque siempre estaba dentro de mi cabeza, tenía malas notas por su culpa, me tachaban de distraído por estar tan pendiente de ella.
Y entonces sonrió, con sus dientes chuecos, los hoyuelos en sus mejillas brillaban bajo el sol del atardecer, y un automóvil pasó a nuestro lado con música de banda sonora a todo volumen, era una balada romántica. Pero no, ella y yo, no podía ser. ¿Cómo? También me reí ante tal idea absurda.
El viento movió su cabello lacio y rubio, algo me invadió, como un temblor, maldita sea, y ella se dio cuenta. Se acercó a mí y me quede paralizado. Incapaz de defenderme porque ella puso su mano en mi hombro. ¡Quién sabe con qué intenciones!
—¡Ya, Ives! ¿Te vas a quedar toda la vida ahí? Vamos, te reto a una carrera hasta la heladería, ¿O es que tu bicicleta está demasiado vieja para correr? — me dijo
—¡No! ¡Vas a morder el polvo! — le grite furioso
—¡Eso quiero verlo!
Y mientras me rebasaba de vez en cuando, note como me miraba, era una mirada tenebrosamente asesina, como si quisiera comerme. Quise correr más rápido. Y quién iba a decirme que diez años después estaría aún más cerca de ella, que cargaría en mis brazos a un bebé con sus hoyuelos y … di gracias a Dios porque mi hijo aún no tuviera dientes, pero entonces ella apareció en el umbral de la puerta y volvió a sonreírme y volví a paralizarme.

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¡Hola! Esta tarde traigo para ustedes el proyecto de noviembre de Adictos a la Escritura.
El reto era hacer un microrelato sobre un tema especial pero sin usar ciertas palabras denominadas prohibidas :) 

Elegí el tema: Un encuentro amoroso, y mis palabras prohibidas eran: pasión, deseo, amor, lujuria y cariño. Ya me dirán ustedes si logre el objetivo.



domingo, noviembre 25, 2012

Destino: poesía # 6


Te quiero Max

Hoy discutiste fuerte,
me gritaste que soy una máquina defectuosa,
que no combino con tus sueños,
que voy de la mano con otro destino, y...
quizá tienes razón, luego no digas que no lo reconozco.

Dijiste tantas cosas, con un tono tan maligno
que pensé que te daría un infarto
y grite también, y por fin, después de tanto tiempo,
y tantos gritos, y dolor, y borrachera, lágrimas, resacas...
te lo dije..."Te quiero Max".

Y guardaste un minuto de silencio
en memoria de los sueños que perderías,
del destino que mandarías al carajo,
porque pensabas que nadie te quería,
y necesitabas escuchar mi voz
querías que lo dijera, y lo dije porque es lo más cierto del mundo.

Después me besaste,
y entre beso y beso
lo volví a repetir,
dije que te quiero tonto Max,
no dejes de besarme.

Destino: poesía # 5


Rimas, Gustavo Adolfo Bécquer

XLIII

Dejé la luz a un lado, y en el borde
de la revuelta cama me senté,
mudo, sombrío, la pupila inmóvil
clavada en la pared.

¿Qué tiempo estuve así? No sé; al dejarme 
la embriaguez horrible del dolor,
expiraba la luz, y en mis balcones
reía el sol.

Ni sé tampoco en tan horribles horas
en qué pensaba y qué pasó por mí;
sólo recuerdo que lloré y maldije,
y que en aquella noche envejecí.

Destino: poesía # 4

"La prueba que revela una inteligencia brillante es la que demuestra la capacidad de sustentar dos ideas opuestas al mismo tiempo y tener la habilidad de hacer que funciones."


F. Scott Fitzgerald

                                    
"DEBESEECAMBIQUE QUIERES VER EN ELMUNDO"  
                                                                                                Mahatma Gandhi




EL AÑO DECLINMIENTRAYESCRIBPOESÍA.



sábado, noviembre 24, 2012

¿Es así?

I
Y no, no.
Tampoco quiero quedarme contigo,
porque contigo me darían ganas de tirarme a tus pies,
hacerme bolita y quedarme inmóvil,
y no comer ni tener que ir al baño,
y quedarme por siempre así,
y convertirme en porcelana china 
para que me recojas y me guardes
en la repisa de la sala,
y verte desde ahí cuando ves la telenovelas,
cuando cocinas apurada,
cuando sonríes para ti misma.

II

Es que no se va,
se queda,
se aparece en los sueños,
en los recuerdos,
en la desesperanza,
de lo nunca le dijiste,
de la culpa porque no lo sacudiste 
y no le dijiste: "te quiero",
¡Ay! No se va aunque lo entierren y le hagan una misa.
Se queda.
Esta ahí, más que nunca antes estuvo.

III

La vida es lo más serio,
y no importa ni el dinero,
ni si el camión va despacio,
o si los zapatos están sucios,
vale quien se queda en la puerta despidiéndose de ti con un beso en el aire,
quien va por ti a la parada del autobús,
quien te cede la última galleta,
quien te sonríe aunque no te enteres,
y quien piensa en ti todo el día,
porque eso es la vida, el amor es una cosa seria.

IV

Una persona despierta un día y siente que quiere bajar una estrella.
Sí, una de esas que se ven de noche, las del espacio, una de esas estrellas.
Y la persona quiere bajar una estrella, porque quizá le parece preciosa,
o quiere que alumbre el vecindario, esa persona desea quedarse abrazada 
a la estrella los días enteros, quiere sacarle fotos y acomodarlas en un álbum, 
quiere bajar una estrella,
Empieza a desayunar y sigue pensando en la estrella, se va al trabajo y piensa 
en la estrella todo el día, quiere bajar una estrella. Y pasan los días y aún tiene 
esa idea dando vueltas en su cabeza; pero un buen día... descubre que es 
imposible, que todos, a los que les ha contado su sueño, dicen que es una 
locura, que no se puede, y la persona dice que sí, porque lo quiere hacer, 
porque lo sueña y sin embargo como todos están en contra, termina aceptando 
que el resto del mundo tiene la razón. No puede bajar una estrella, y la persona 
morirá por esa razón.

El amor...



Creo que me enamore,
no puedo dejar de pensar en él,
en su hermosa sonrisa,
en su voz, en sus ojos.

¿Qué es el amor, si esto no es?
¡Que ridícula me siento!
¿Qué es el amor, qué significa?
¿Por qué tengo tanto miedo
y tanta felicidad a la vez?


Destino: poesía #1


"¡Sacude la soledad!... Y ama un poco más y un poco mejor".
Zenaida Bacardi

Así es la vida...

En la vida tienes que aprender que: "Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento" 
Eleanor Roosevelt
...pero también aprende que habrá muchas personas que no podrán evitar amarte y desear hacerte feliz aunque no tengan tu consentimiento.




miércoles, octubre 31, 2012

Adictos a la escritura: Los dos mundos


Aniversario con velas

Sofía apagó el despertador a las siete y cuarto, como siempre. «¿Qué día es hoy?», se preguntó mientras dormía cinco minutos más. Afuera, el perro daba vueltas al jardín; la gente pasaba atareada  por sus rutinas, el sol empezaba a salir, de pronto, Sofía recordó que día era.

Su aniversario, lo había planeado toda la semana y lo había olvidado, «¿Cómo es posible?», se sentía indignada y cansada, pero no le importó, se levantó aprisa y cogió las llaves del coche, aún le faltaba comprar algunas velas. El supermercado estaba repleto de gente y había mucho tráfico en la ciudad por la festividad en puerta: el día de muertos.

Le costaba recordar esos tiempos  cuando ponía un altar para sus tíos, abuelos, y otras personas amadas que se habían ido, pero celebraba los aniversarios sin velas, era duro tener un aniversario precisamente ese día, y ahora…

«Ochenta y siete con trece centavos», le dijo la cajera, Sofía extendió un billete de veinte pesos aún distraída, y cuando llegó a casa seguía tan distraída que le costó más de lo normal recordar donde había puesto las otras cosas, cuando por fin las encontró, comenzó a preparar todo para el ritual, «¿Cómo era?, sí, una vara de incienso, manzanilla, gordolobo, izta…izta…iztafucate»; Sofía seguía distraída pensando en su pasado. Terminó olvidando encender una vela en el instante final, y cuando llegó media noche Gabriel no apareció, ni siquiera escuchó su voz como le habían prometido en el folleto, rompió el folleto entre lágrimas y manoteó sobre el maldito ritual, se suponía que Gabriel podría cruzar el más allá esa noche, se suponía que volvería a verlo, si hacia… miró entonces la vela apagada, seguía en la esquina donde la había colocado, como si fuera un bolo de boliche en el tiro crucial, “Otro año más sin ti, Gabriel”, suspiró.

Más tarde, mientras miles vagaban entre las sombras de la ciudad, él eligió vagar por el campo de rosales que Sofía regaba, abrió despacito la puerta de la casa que él mismo había construido, y encontró en la cocina muchas velas regadas en el suelo, una yacía de pie en la esquina de un amorfo dibujo, se preguntó que sería eso pero se giró y subió las escaleras hasta la recámara de su esposa, era el día de su aniversario de bodas, todos le habían criticado que eligieran  casarse el día de muertos, pero al fin cómo lo que querían era estar juntos, poco les importó y se casaron.

Sofía estaba profundamente dormida, Gabriel se acercó despacito y la besó en la frente, acarició sus cabellos blancos y  tomó una de sus pequeñas manos ya arrugadas por los años. Miró a su alrededor y todo seguía igual que como lo había dejado, sobre la mesita que ostentaba una lámpara, estaba una fotografía familiar, Sofía sostenía en brazos un bebé, y él tenía una niña agarrada de las manos, sus hijos habían crecido tan pronto, miró nuevamente a su esposa y suspiró, «Buenas noches, mi amor, vuelvo el próximo año», y volvió a besarla.

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¡hOLA! Ojala les guste este humilde relato, forma parte de lo que Adictos a la escritura, preparó para este mes de octubre, la dualidad que expresan estos dos mundos, el de los vivos y el de los muertos, se verá reflejada en los relatos que recopilan, y justamente en el día en que la tenue linea que separa los dos mundos puede cruzarse... Para leer más relatos ACÁ:
http://adictos-escritura.blogspot.mx/2012/10/proyecto-de-octubre-los-dos-mundos_31.html
¡Gracias!

miércoles, septiembre 26, 2012

Adictos a la escritura, El mes del asco


 Adaptación de leyenda urbana
Por favor, no me comas
Mientras Quina y Julieta preparaban la salsa,  Viviana destazaba con agilidad un gran trozo de carne. En la tarja de la cocina corría un líquido tan rojo como el  tomate que las hermanas menores machacaban en el molcajete. El reloj marcaba las 11 y cincuenta, tenían apenas cuarenta minutos para  preparar  el guisado, su padre llegaría en punto de las 12:30 y no  podría esperarlas.
Si no hubiera sido por el perro que les había robado la barbacoa que habían comprado en el mercado, no tendrían que lidiar a las prisas. Julieta le tenía miedo a su padre, y entre sollozo y sollozo iba condimentando el caldo; no estaba tan segura de librarla y aunque sus hermanas mayores ya le habían dicho que se tranquilizara, ella no podía evitar pensar en lo que les esperaría si la carne aun no estaba servida.
El padre de las mozas era un tirano en cuanto de sazón se trataba, que si esto muy salado, que si muy crudo, que si no le pusieron suficiente clavo. “Da igual, lo hecho está hecho”, cuchicheó  Viviana al oído de Quina.
¿De quién había heredado el labrador su carácter estricto?, de nada menos que de su madre, la única abuela que les había sobrevivido de la revolución  a las tres hermanas.
Y dieron las doce y media,  las pisadas del caballo se escuchaban  puntuales en la entrada de la casa, y un par de segundos más tarde; el señor de la casa estaba entrando y sentándose en la mesa.
Quina se acercó tambaleándose con un jarro de café, y Viviana le sirvió un enorme filete entre cuadrado y triangular; Julieta, que veía venir el regaño por tal error, se apresuró a depositar el tortillero frente a su padre.
Después pareció que la suerte les  favorecía, pues el hombre empezó a comer satisfecho, sin decir ninguna palabra, incluso  soltó un murmullo como diciendo: “Que rico está todo”. Sin embargo, lo cierto es que el exigente padre llevaba ya un ratito oyendo una vocecita a lo lejos, le sonaba conocida y le decía: “no me comas”, “por favor no me comas”.
¡Viviana! — llamó a su hija mayor, era la que más se parecía a su difunta esposa, la miró de píes a cabeza, tenía el delantal azul cielo manchado de rojo carmesí, como si hubiera matado un ratón restregándoselo en el estomago.
¿Si, papá?
¿Hoy no quiso comer tu abuela?
-No contestó Quina temblando, la segunda de sus hijas era más bien torpe y gorda, su nula belleza se veía compensada por la extraordinaria fuerza que demostraba al tirar golpes, varias veces la había castigado por golpear a sus enemigas en la escuela. No usaba delantal por ser tan puerca, pero la ropa que traía estaba tan manchada de sangre como la de su hermana mayor.
¿Por qué?
-No sé apoyó Julieta, esa era la viva imagen de su padre, algunos rizos rubios le caían en la frente, los ojos claros y una nariz perfecta, fue entonces que el hombre se sorprendió, en la mejilla izquierda de la más pequeña de sus hijas se paseaba una gota de sangre seca, del mismo color que la sangre en la ropa de sus hermanas.
-Voy a verla dijo el hombre y se levantó rápidamente de la mesa.
Viviana, Quina y Julieta se atravesaron en su camino, él las miro furioso y las apartó bruscamente para ir a la recamara de su madre.
Y ahí se la encontró… tapadita aun con su chal celeste, con la mirada hacia el techo, y la boca ampliamente abierta, le faltaba la mitad de la espalda, y uno de los huesitos de la columna yacía en el suelo en un charco de sangre; horrorizado, se le puso el rostro blanco, y los ojos humedecidos y cuadrados se volcaron desorbitados  por la tétrica escena sangrienta.
Sucedió como Julieta había dicho: “No nos va a dar tiempo de limpiar el cuarto de la vieja”, y así ocurrió. 
El aterrado hombre notó al fin el rastro rojo que se extendía hasta la puerta, de un salto se alejó del intestino maloliente que estaba pisando, se salpicó un poco de esa sangre que también corría por sus venas, el aire tenía un olor a azufre que penetraba cada poro de su piel de gallina. Al salir de la habitación, el hombre disgustado para comer, ya no encontró a sus tres hijas, sino a unas fieras y terribles lobas, que lo miraron gruñendo y pelando los dientes mientras avanzaban hacia él. ¿Quizás pensaban ya en prepararse la cena?

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¡Hola! Gracias por venir a leer mi relato, este mes nos tocó escribir algo gore, muy asqueroso, si quieres más sangre, vean los relatos de mis compañeros AQUI: